No hay nada más sofocante que vivir sueños ajenos. Las personas que sienten sofocadas comparten una característica: se les dificulta separar lo que creen que deberían desear (un ascenso, una casa más grande, un viaje), con lo que realmente quieren (reconocimiento, un sentido de propósito o equilibrio).

Otros tips para infundir emoción a tu vida:

Busca al experto inesperado. Todos tenemos entre nuestros conocidos personas que se salen del molde –creativos, flexibles, operan bajo sus propias reglas. Frecuentemente se trata de gente joven, pero no necesariamente. Busca a esas personas: te pueden ofrecer desde tips prácticos,  hasta pensamientos profundos.

Revive tus pasiones. Busca pasiones que ya viven dentro de ti. Si odias los deportes y las alturas, proponerte subir una montaña es invitar al desastre. Mejor, haz una lista de las 5 actividades que te fascinen. Si es cocinar, quizá estés lista para una aventura culinaria. Si adoras el ejercicio, quizá el canotaje esté en tu futuro.

Visualiza. Designa unos minutos cada día para crear una imagen mental de tu aventura. Al hacerlo, comenzarás a creer que puede suceder, y la creencia alimenta a la acción. Si tu fantasía es irte a viaje exótico, cierra los ojos y conjúralo. Visualízate caminando por las calles de tu destino o viendo un paisaje hermoso. ¿Cómo se ve, huele y suena el lugar que quieres conocer? Las investigaciones muestran que este tipo de “simulación del resultado” incrementa nuestras posibilidades de alcanzar la meta.

Recuerda que hasta los montañistas usan arneses. Los más reconocidos alpinistas saben que su supervivencia depende de ser meticulosos en las medidas de seguridad, ser observadores y medir los riesgos.

Acepta la incomodidad. Si de pronto decidieras comenzar a correr por las mañanas, sentirías dolores musculares. De la misma forma, al emprender aventuras que te hagan extender tus limites mentales o emocionales, experimentarás incomodidad, miedo y hasta ansiedad. El truco es hacer lo mismo que con el dolor físico: untarte un bálsamo y volver a intentarlo el día siguiente. Recuerda que tus dolores son muestra segura de que estás expandiendo tus horizontes.

Prueba…

  • Un nuevo tipo de cocina
  • Una ruta diferente para llegar a casa
  • Un estilo de maquillaje o peinado casi opuesto al que usas hoy
  • Dar una respuesta inesperada
  • Aceptar algo a lo que siempre te niegas (¿jugamos a las muñecas, mamá?)
  • Entablar conversación con un extraño
  • Cocinar con un ingrediente o condimento nuevo
  • Cambiar tu destino vacacional
  • Una actividad distinta este fin de semana
  • Voluntarizarte ara una tarea a la que normalmente no accederías
  • Sumarte a un equipo de personas a las que no conoces bien

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